Director de Logística y Aduanas de Bayport
“Nuestro mayor reto fue descentralizar el trabajo fuera de la oficina”
Bayport comenzó su andadura en 1979 y actualmente cuenta con una red de 11 delegaciones y más de 25 puntos logísticos por toda España y Gibraltar. Durante la pandemia fue servicio esencial, por lo que su actividad no cesó y la compañía tuvo que adaptarse a la nueva situación a toda velocidad. Su mayor aprendizaje fue contemplar el esfuerzo que demostraron sus trabajadores.
Contábamos con varios planes de contingencia relacionados con lo que pudiera surgir de nuestra operativa. Sin embargo, como la mayoría de las empresas, no teníamos previsto un plan específico frente a una posible pandemia como la COVID-19.
Fue una adaptación rápida y decidida, desde el primer momento en el que comenzaron a surgir los contagios. En nuestro caso, la mayoría de nuestros trabajadores tienen contacto con tripulaciones de buques internacionales, y el riesgo era mucho mayor. Establecimos diversos protocolos a la hora de manipular la mercancía de nuestros clientes, además de proteger a nuestros trabajadores con EPI.
Sí, totalmente. Desde los primeros días de la pandemia, allá por marzo de 2020, creamos un comité COVID-19 con el fin de centralizar todas las decisiones relacionadas con la pandemia.
Fue una de las primeras medidas que tomamos para proteger a nuestro personal de oficina. Por nuestra operativa, siendo parte indispensable en la cadena logística, fuimos declarados como actividad esencial y por tanto debíamos continuar con nuestra labor presencial, pero en oficinas pusimos en marcha el protocolo de teletrabajo, dotando a nuestros trabajadores de todos los medios necesarios: ordenadores, infraestructura de conexión en remoto, periféricos, impresoras…
Sin duda valorar el esfuerzo de nuestros trabajadores que, a pesar de los duros momentos que trajo consigo la pandemia, lo han dado todo por sacar adelante nuestro trabajo y seguir desarrollando nuestra labor esencial durante los tiempos más difíciles.
Ha habido varios momentos en los que estar trabajando nos aporta un extra, algo que te hace estar cada vez más seguro de lo que haces. Por ejemplo, dada la situación, la mayoría de las tripulaciones internacionales podían llevarse meses y meses sin ver a otras personas. Al vernos a nosotros, además sabiendo que íbamos a proporcionarle sus víveres, su trato era como el de ver a un familiar, una relación de cercanía, aunque nunca antes lo hubiésemos visto. Es una muestra de la dureza de la pandemia en trabajos que ni nos imaginamos que puede afectar.
Cuando dentro de nuestro propio sector, ya había empresas que se habían visto superadas y se veían obligadas a cerrar. Por un motivo u otro, la solución era directamente aportar un valor añadido al trabajo de cada uno de nuestros trabajadores..
Uno de los mayores retos fue la descentralización del trabajo fuera de la oficina. Por operativa, debe existir un contacto bastante estrecho entre oficina y almacén para que los pedidos sean preparados correctamente. Al implementar el trabajo en remoto en cerca del 75% de los empleados de oficina, nuestro reto fue mantener ese contacto – esta vez de forma digital- a través de recursos como un entorno común de trabajo, infraestructuras digitales de coworking o trabajo en la nube.
Esto aún está por ver, ya que todos hablamos de la “nueva normalidad”, pero no sabemos cuanto durará esta etapa. Desde luego, este período ha servido de aprendizaje para todos.
Confiar en el trabajo diario como herramienta para seguir adelante. Tener un plan de contingencia para distintos tipos de crisis, como en este caso sería la pandemia.